John vive en Londres, a orillas del río Támesis. Cuando su padre, el capitán Lemuel Gulliver, vuelve de sus largos viajes le habla de tierras remotas gobernadas por caballos parlanchines, de hombres que nunca envejecen ni mueren, de vacas gigantescas que pueden alimentar ejércitos, de sedas de araña más fuertes que las sogas de los barcos.
Un día, deseoso de ver con sus propios ojos esas maravillas, y harto de esperar a que su padre lo lleve en uno de sus viajes, John se embarca en su busca. En su travesía por medio mundo, naufraga en una isla donde los libros andan y se comportan como seres vivos.
Es la isla de los libros andantes.