En este libro el autor presenta una nueva imagen de la implantación de justicia durante el Porfiriato. Hasta la actualidad, la historiografía ha transmitido una explicación de caracteres personalista que señala que el mal funcionamiento provenía de la subordinación de los jueces a la autoridad de Díaz y a las élites. Sin embargo las críticas al sistema de justicia provenían de dos fuentes. Por una parte, los simpatizantes del régimen sostenían que el deficiente funcionamiento del "aparato" de justicia era una variable independiente del sistema político. Por otro lado, para los opositores, los males eran mayores; la justicia era una variable dependiente del régimen y, por lo mismo, responsabilidad de Díaz. En general el trabajo busca demostrar que el mal funcionamiento de la justicia en el Porfiriato tiene su origen en la combinación de distintos factores que van más allá de la actuación de la voluntad de una persona o de un grupo dominante.