La historia de Edward Guerrero, convicto confeso mexicano-americano, encarcelado desde hace más de cuatro décadas por una triple violación.
La noche del 20 de octubre de 1971, Edward Guerrero -descendiente de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos- secuestró y violó a una mujer en compañía de dos amigos. Recientemente había cumplido diecisiete años. Ese día, los tres jóvenes habían consumido cantidades feroces de speed.
Al acercarse a su víctima, su único propósito era despojarla de su coche para seguir divirtiéndose, pero el delirio se apoderó de todo. Con ligeras variantes, y con premeditación, repitieron el hecho en dos ocasiones. El 31 de octubre fueron arrestados: Edward Guerrero se declaró culpable del secuestro y la violación de tres mujeres y fue condenado a tres sentencias de cadena perpetua.
Edward Guerrero lleva más de cuarenta y cinco años en prisión, en diversas cárceles del estado de Michigan. A lo largo de este tiempo, Edward se ha transformado -o se ha convertido en sí mismo-: de ser el enlace interno de narcotraficantes, llegó a ser un prisionero modelo, poseedor de una licenciatura en Sociología y defensor de los derechos de las minorías. Sin embargo, su derecho a la apelación de su sentencia ha sido rechazado una y otra vez.
La mala costumbre de la esperanza es la novela de no ficción de un crimen atroz y su castigo igualmente terrible. Es también una mirada -lúcida como el insomnio- al racismo y la discriminación imperantes en Estados Unidos; es un recorrido por la vaga frontera entre justica y venganza, entre libertad y felicidad.