¿Cuántas caras tiene un hombre hablando del deseo? ¿Cuántas manos? ¿Es posible hablar del fuego desde el fuego?
El erotismo es una ilusión. Existe como fantasma escrito en el cuerpo. En la piel llevamos ese destino ardiente y brota como un ser sonámbulo. Su aventura es querer tocar el fuego, soñar despierto, asombrarse, tratar de comprender, equivocarse, acariciar y convertirse en el fuego que está tocando. Vivir una breve y equívoca épica del tacto.
El editor de la revista erótica El jardín perfumado (especie de Playboy con menos rubias y más costumbres amorosas de otros pueblos) odia eso que se clasifica como literatura erótica y detesta ser considerado autor de ese género. Trata de escribir sobre los Kama Sutras árabes. Pero la vida viene a interrumpirlo, a trastornarlo y demostrarle cada vez que está equivocado.
Un alfarero obsesivo piensa su oficio como una forma de Kama Sutra. Las consecuencias nos hacen entrar con él al horno de la vida. Y de la muerte. Un libro de anti-aventuras amorosas en forma de mano, de amuleto, de búsqueda disparatada del erotismo. Afirmación de la sensualidad y la duda.