Esta obra investiga y documenta una de las peores masacres que se ha perpetrado en México en los últimos años. Después de diversos gobiernos estatales en Coahuila y federales en México, quienes intentaron por todos los medios tergiversar los hechos y ocultarlos a la opinión pública, por primera vez se revela cuáles fueron las circunstancias que condujeron a la matanza de Allende en el año 2011, donde fueron ultimadas más de trescientas personas, en una operación conjunta entre la policía estatal y el crimen organizado.
Este libro tiene como ejes fundamentales los siguientes:
1.Elaborar un padrón confiable sobre el total de víctimas que desaparecieron o fueron asesinadas a partir de enero de 2011 y hasta un año después, en todo el norte de Coahuila. Hasta el momento existen cifras contradictorias que van desde 28, cifra proporcionada por las autoridades, hasta 300, según los pobladores de Allende.
2.Describir esta tragedia, la más grande de los últimos años, a partir de la narrativa de las víctimas que ya se decidieron contar sus historias.
3.Este libro describe los errores de la DEA y su sección mexicana, desde donde se filtró a los líderes del cártel de los Zetas información sensible que desató una venganza que condujo a la masacre. Además, se narra la complicidad de los funcionarios mexicanos de todos los niveles de gobierno, particularmente del gobierno de Coahuila.
Durante una década Juan Alberto Cedillo entrevistó a decenas de víctimas de Allende, Piedras Negras y otras poblaciones del norte de Coahuila. También a funcionarios y fiscales que llevaron el caso y a otras autoridades, quienes de manera anónima filtraron información que el gobierno de Coahuila pretendió esconder. Cedillo también tuvo acceso a las declaraciones judiciales de los pocos verdugos que han sido detenidos por cometer esos indescriptibles crímenes.
La masacre de Allende es uno de esos libros que jamás debieron escribirse porque los hechos que narra nunca debieron haberse producido. Esta obra, que es un gran esfuerzo de investigación por parte de su autor, cuenta con varios anexos de gran interés para el lector como las solicitudes de acceso a la información, y sus respectivas respuestas, de Sedena y CEAV (Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas), así como imágenes de Allende destruido, testimonios de los procesados en la corte de Austin, Texas y una reflexión final del autor, a modo de bitácora de su trabajo, donde relata las vicisitudes, congojas y obstáculos que tuvo que sortear para lograr esta notable investigación que hoy presentamos a la opinión pública.
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