Para los mexicas la causa de muerte era un marcador importante para definir el siguiente destino de las entidades anímicas. Ellos veían en este fenómeno un paso transitorio dentro de un ciclo que tenía que ver con un sistema universal. Desde la creación del hombre, cuya parte esencial se tomó del Mictlan o inframundo, hasta alguna de las moradas para los muertos como puede ser el Tlalocan o paraíso terrenal, esta mitología conforma un circuito que responde a la observación de los ciclos vitales como la agricultura y los astros. Luego de un largo proceso de sincretismo tras la Conquista, símbolos, rituales y ciertas formas de entender el mundo siguen vigentes en el México actual. Mitos mexicas y mayas son enfrentados, en este libro, a narraciones sumerias, grecorromanas y renacentistas –locomotora de la cultura occidental–; a través de una dinámica comparativa que saca a la luz un tejido constante hasta nuestros días. Además de nuevos hallazgos arqueológicos y de un afinado engranaje con disciplinas auxiliares, Matos Moctezuma nos presenta un riguroso análisis de la cosmovisión de los pueblos nahuas y sus resonancias entre nosotros.