Este ensayo sobre teoría constitucional comparada evalúa si la división de poderes estadunidense debe servir de modelo para otros países, como se ha propuesto en más de una ocasión. Ackerman presenta argumentos en contra de la exportación del patrón estadunidense y en favor de un enfoque basado en la práctica constitucional de Alemania, Italia, Japón, India, Canadá, Sudáfrica y otras naciones. Su alternativa es un modelo de "parlamentarismo acotado", de acuerdo con el cual la constitución no debería crear una presidencia elegida de modo independiente para contrapesar y equilibrar a un congreso elegido por el pueblo. No obstante, el "parlamentarismo acotado" intenta contrapesar el poder del gabinete y de la cámara al otorgar autonomía a nuevos poderes supervisores, incluido un tribunal constitucional.