Nuestro planeta se encuentra ocupado en gran medida por mares y océanos, no sujetos a la mano del hombre, y muchas veces, tampoco a sus leyes, se caracterizan en todo su sentido mediante el término «permeable». El mar, ha sido escenario de grandes descubrimientos para la historia y el progreso de la humanidad, pero también ha sido y es, de tráficos ilícitos, pesca prohibida, contaminación, prospecciones arqueológicas ilegales, actos terroristas y, de nuevo en alza, ataques de piratas. La arteria principal de la economía mundial es vulnerable desde muchas y variadas ópticas.
La seguridad marítima es un término sujeto a un problema hermenéutico debido a las singularidades y especificidades del mundo marítimo. Por ello, surge la idea de este ensayo, la proyección hacia el ordenamiento jurídico de la seguridad marítima, con objeto de observar cómo funciona el sistema al completo, ver sus carencias, sus aciertos, y proponer cambios, o al menos, reflexionar acerca de la necesidad, en definitiva, de perfeccionar lo actual.