Alicia de Larrocha está considerada una de las mejores pianistas de todos los tiempos. Su pasión por la música comenzó muy pronto, tanto que dio su primer recital a los cinco años y debutó en Madrid a los doce. Su carrera, que la llevó a tocar en las mejores salas del mundo, fue vertiginosa, llegando a dar más de cien conciertos por año.
A pesar de las innumerables distinciones que recibió, siguió siendo una persona humilde que dedicó su vida a compartir su talento innato. Según sus propias palabras, sólo quiso que los demás disfrutasen de la música tal como ella lo hacía.