La muerte de Gram Parsons, una de las leyendas de la música americana de la primera mitad de los años 70, sirvió a Jordi para escribir esta novela, con la que ganó su primer premio literario en 1975. El cadáver de Gram fue robado del aeropuerto de Los Angeles por sus amigos para ser incinerado, como era su voluntad, en el Joshua Tree National Park, donde hoy hay un monumento conmemorativo. Una preciosa historia de amistad en lo mejor de la Era Rock.