Hablemos de lo que no nos enseñan pero que se acaba revelando. De lo primitivo, cósmico y colosal de nuestros adentros. De lo que en silencio nos rebasa. De descubrirnos a través de lo que sentimos. De la enorme magnitud de lo más pequeño y de todo lo inmenso que nos vemos obligados a minimizar para seguir viviendo. De lo sublime de la vida cuando nos guía el alma. De la conexión divina que sentimos con el universo cuando perseguimos nuestros sueños. De lo que no nos pertenece, aunque lo luchemos y de lo que sí, desde antes de nacer. De la extrema belleza del paraíso que nos rodea. De distanciarnos de lo que vemos para ver más allá de la superficie. De la fantasía de la realidad y la realidad de la fantasía…
Conversemos en silencio de nuestros adentros y de lo de afuera. De la purpurina y de las sombras.