Estoy bien despierta por ahora, acostada en el borde de un sueño hondo. El fondo no se ve. El agua es viscosa y corrupta. A veces, salen monstruos. Sin embargo, no me asusto. En la vigilia estoy seca y segura: un palazo bien dado y zácate, monstruo al agua. Lástima que con tanto ajetreo no voy a poder dormirme nunca.