«Skármeta acredita aquí cualidades ya conocidas: amenidad narrativa, fluidez de la prosa, integración textual de la cultura literaria y sobre todo agudo sentido del humor.»
Miguel García Posada, El País.
Para el doctor Raymond Papst, su vida cómoda y tediosa no tiene otra emoción que jugar, de vez en cuando, un partido de tenis con su suegro, hata que a los cincuenta y dos años el destino pone en su camino a Sophie Mass, que, con quince años, se revela como una de las promesas de dicho deporte. Pero también es un torbellino erótico que entra en la existencia autocomplaciente y patética del médico para hacerla pedazos.