El tío Lito es chistoso por naturaleza. Hace chistes sin parar, y todos, pero todos se los hace a Ema. El gancho en la oreja, el tornillo en el ombligo o el del cachete, que es el peor. Todos ríen, Ema, en cambio, aprieta los labios, cierra los ojos y trata de taparse la cara... Pero esta vez no sucederá así porque con la ayuda de Emota, el tío Lito vivirá en carne propia sus chistecitos.