Malinalco es el lugar de contrastes que se reflejan en las muchas voces poéticas que luchan y habitan este poema, poblado de imágenes que se suceden caóticamente en una única tarde. Un encuentro en la cima de la pirámide bajo el sol abrasador que “partía la extensión del cielo”. Una realidad deformada por la altura; la distancia que establece la contemplación desde un lugar mágico y abrumadoramente terrible.