Estos poemas posan la atención en los detalles; dan vueltas y vueltas alrededor de esos hallazgos e intentan responder con sensualidad y sutileza por qué todas las cosas caprichosas y que parecen un error igual nos fascinan.
Estos poemas posan la atención en los detalles: los dedos de las manos de un amante, un montón de CD junto a un tacho de basura, el olor particular de una prenda escondida en el fondo del placar, los gestos de un amigo, el andar de un perro. Son versos que condensan sentimientos, atrapan con su observación precisa esos instantes en los que una historia de amor empieza o termina, una fiesta se arruina o se enciende, la noche se desvanece. Los versos de Maia Tarcic dan vueltas y vueltas alrededor de esos hallazgos, intentan responder con sensualidad y sutileza por qué todas las cosas caprichosas y que parecen un error igual nos fascinan.
Otra mujer
En otro lado
Tampoco puede dormir
mujer, ¿me oye pensar?