La palabra traición es uno de los hilos conductores que han definido el rumbo de nuestra historia y nos han atrapado en lo que hoy vivimos los mexicanos. ¿Cómo hubiera sido nuestra historia sin la larga cadena de felonías que hemos padecido en carne propia? Sin un Santa Anna traicionando a la patria hasta lo inimaginable; si Hidalgo o Morelos no hubieran sido traicionados; si Obregón no hubiera traicionado la revolución y la Constitución reeligiéndose, antes de ser también traicionado y caer en La Bombilla, al igual que cayeron Villa y Zapata víctimas de traiciones, entre otros tantos más? La historia de México está saturada de conjuras, fusilamientos y asesinatos, emboscadas y sabotajes derivados de las luchas para alcanzar o mantener el poder que han torcido, una y otra vez, el destino de nuestro país.