Leo Tavella es el artista total, ilimitado en una práctica artística absoluta. Por un lado, esa práctica es como un ejercicio puramente racional. Por otro, constituye la acción poética que también es la expresión de un sentimiento, de las sensaciones hechas lenguaje. Y es imposible negar la carga de vitalidad y de humanidad que este artista posee a la hora de crear, frágiles acontecimientos extraídos de la contemplación de la vida cotidiana como verdadero contenido artístico.