Los primeros viajes, un laberinto de callejas, los antiguos vecinos de Menorca o los excesos juveniles del joven Nooteboom. Todas esas imágenes y sucesos del pasado se reúnen en Lluvia roja, un libro que nos descubre todos los temas e inquietudes de Cees Nooteboom.
Varios de los textos que componen Lluvia roja, mosaico de historias y recuerdos, transcurren en la casa de Menorca en la que Cees Nooteboom pasa varios meses cada verano desde hace cuarenta años. En ella Nooteboom encuentra paz y tranquilidad en el jardín, entre árboles, piedras y animales, sin olvidar a una gata que se ha convertido en un habitante más de la misma. Uno de los aspectos más curiosos de hacerse mayor, escribe, es que los tiempos en los que todo era enormemente importante y tenía grandes consecuencias se han quedado, por fortuna, atrás. Los amigos van muriendo y el cuerpo a veces se niega a cooperar, pero para un escritor envejecer tiene algunas ventajas, ya que casi todo evoca un recuerdo. En Lluvia roja Nooteboom recupera mediante la memoria lo esencial de su pasado y reúne muchos de los grandes temas que configuran su obra: la amistad, los viajes, el paisaje… Unas brillantes reflexiones autobiográficas del «padre de la literatura de viajes neerlandesa».