Me costó poco trabajo imaginar los gritos que se debieron proferir en aquel lugar. El sonido que calaba los muros reblandecidos por la humedad estaba ahí,atrapado entre el yeso. Fui hacia el centro dela habitación. No llegué muy lejos: di dos pasos, resbalé y caí de rodillas, con las manos en el suelo y el candelabro a unos metros de mí. El piso estaba mojado, pero sin luz no podía ver si era agua o sangre.
Es 1901, las calles de la ciudad de México son ocupadas por excéntricos espiritistas que buscan respuestas del más allá y por escritores decadentes que protagonizan orgías. En los bajos fondos, léperos y pillos acuden a los burdeles, quehuelen a opio, mientras que, a las afueras de la ciudad, los circos de esperpentos, fenómenos y dementes son la gran atracción. La psiquiatría, tenue faro que alumbra el principio de siglo, es practicada en manicomios y causante de que los cerebros de los criminales naden en frascos de formol. En medio de esta neblina de ansiedades, el doctor Servando de Lizardi, un respetado frenólogo, es el encargado de resolver el brutal asesinato de una mujer y de entrevistar a la única testigo del crimen: Ángela, una niña de apenas siete años que no puede recordar lo que vio.
Lo que los monstruos nos hicieron es un fascinante thriller histórico que recupera el ambiente cultural y científico de la época. Una novela polifónica brillantemente escrita que acentúa el misterio detrás de las mentes perturbadas.