Hasta hace poco, para los londinenses el Támesis era la enorme barrera entre norte y sur que fue en la Edad Media. Con la aparición de nuevos puntos de interés, la mejora del transporte y el aumento de las zonas peatonales, la tentación de ir al sur se ha vuelto irresistible. El pintoresco Greenwich (pronúnciese "grénich") está lleno de arquitectura señorial, preciosos parques y sobresalientes museos. Con el Royal Observatory y la renovada Queen's House, Greenwich debería ser uno de los platos fuertes de cualquier viaje a Londres; conviene reservarle un día y bajar por el río hasta la Barrera del Támesis. Hay que salir una tarde o una noche por el artístico y descarnado Brixton. Battersea y Wandsworth albergan parques bonitos, y lo ideal es rematar la visita con una cerveza en un fantástico pub de barrio. Lambeth ostenta la residencia medieval del arzobispo de Canterbury y el incomparable Imperial War Museum. En Dulwich y Forest Hill hay excelentes galerías y museos, mientras que Bexleyheath y Eltham cuentan con joyas arquitectónicas poco corrientes.
• Poner un pie en cada hemisferio, explorar el cosmos y saborear las vistas de Londres desde Greenwich Park en el Royal Observatory.
• Pasar el rato en Brixton Village, una zona divertida y marchosa.
• Explorar las eclécticas maravillas del Horniman Museum y disfrutar de un pícnic en sus bellos jardines.
Incluye: Royal Observatory, Brixton Village, Horniman Museum, Deptford e Imperial War Museum, con consejos, los mejores restaurantes, los mejores bares y los mejores sitios de música.