Es la crónica de una caída, un llanto a la vida y un elogio de la memoria ante su devastación; es el relato de un pudor desnudo, de una entrega sin reservas y una ilusión intacta a pesar de los reveses del azar o el infortunio. Por accidente, por destino, por impulso —uno de tantos— se ve obligada a volver a darle un sentido a todo: lo que escucha, lo que mira, lo que le sucede.