La muerte verdadera o imaginaria, del "velador", o "barraquero", de una obra en la ciudad de México, viejo enfermo y corrompido, provoca las confesiones, reales o imaginarias también, de los obreros que trabajaban con él y de las gentes que lo rodeaban. La estructura del libro sitúa al lector en un punto tal, a determinada distancia de los acontecimientos, que éste no sabe nunca con certeza si asiste a los interrogatorios reales a los que el investigador somete a los sospechosos o si le llegan a través de los recuerdos y la imaginación del policía encargado del asunto. A veces los monólogos se superponen de tal manera que sólo el estilo personal de cada personaje los identifica o más que le estilo, su lengua propia y la congruencia de su historia: Y a través del relato de cada uno de los personajes, de las relaciones entre cada uno de ellos y el mundo limitado que tejen, los vínculos que los unen, Los albañiles nos da un análisis en profundidad de cierto sector del proletariado urbano mexicano a modo de sección en la realidad colectiva, un examen brillantísimo de lo que es historia común e historia de cada uno.