En las localidades del Alto Nervión ha llegado hasta nuestros días una leyenda, transmitida por tradición oral, sobre la existencia en otro tiempo de una temible banda de salteadores de caminos conocida como los Granizo. Aketza Merino ha buceado en los archivos hasta descubrir que estos bandidos verdaderamente actuaron en el Camino Real de Altube y el entorno del Gorbea, aunque, como cabía esperar, de manera mucho más modesta a la que les atribuye la leyenda. Pero, además, ha descubierto que no solo ellos sino también sus padres fueron salteadores. Más allá de la anécdota, el estudio permite al autor contextualizar el fenómeno del bandolerismo, mucho más extendido en Euskal Herria de lo que habitualmente se piensa, y, sobre todo, nos proporciona una imagen sobre la clase más desfavorecida del mundo rural vasco, que para nada era igualitario, en un siglo XIX en el que la sociedad tradicional se hallaba sumida en una profunda crisis agravada por las continuas guerras.