"Igual que el propio mal que puso a la humanidad en jaque, aquí también hay un salto exponencial en la cantidad de material disponible. La posibilidad de difundir rumores o falsedades es mayor que nunca, debido a la masificación de la tecnología, comenzando por los teléfonos inteligentes. Tanto las redes sociales como incontables portales le abren la posibilidad a cualquier ciudadano de acceder a contenidos de manera indiscriminada, así como generarlos".