Su trabajo era darle placer, no robarle el corazón
Lady Isabella acepta casarse con lord Stirling para evitar un escándalo que arruinaría la reputación de su familia. Forzada a vivir un matrimonio sin amor y confinada en una hacienda de la campiña escocesa, Bella lleva una solitaria existencia. Pero un día recibe la visita de su prima, y ésta le sugiere que se busque un amante que apacigüe las pasiones que arden en el fondo de su ser. Bella se niega, hasta que aparece Gideon Rosedale, el hombre más sexy y atractivo que ha visto jamás, y le dice que estará a su servicio durante dos semanas.
Lo que tenía que ser un coqueteo inocente resultará ser un juego peligroso cuando Bella se da cuenta de que se ha enamorado perdidamente de Gideon.