Gil Vicente no solo se identifica con su momento histórico, el de las conquistas ultramarinas, que habían dado como resultado una corte rica en un país miserable, sino que su arte dramático aspira a recuperar el equilibrio del orden perdido mediante la integración del lirismo y la sátira. Más allá de la corte gira en torno a tres momentos claves: la nostalgia del orden, la relación con la naturaleza y el orden musical.