El radicalismo político ha sido normalmente asociado con una posición política de izquierdas, en oposición a la postura retrógrada del conservadurismo. Actualmente, sin embargo, la izquierda se ha vuelto defensiva mientras que la derecha se ha hecho radical en nombre de la libertad de mercado, sin importarle los obstáculos de la tradición y las costumbres que pueda encontrar en su camino.
Para explicar esta curiosa perspectiva, Giddens desarrolla un nuevo marco en el que insertar el radicalismo político, recurriendo a lo que él llama un ¿conservadurismo político¿, pero aplicando este punto de vista al servicio de los valores que normalmente se han asociado con la izquierda.