A medio camino entre la historia literaria y la interpretación histórica, Philippe Ollé-Laprune ofrece una sucinta y completa introducción a una literatura que siempre ha intentado liberarse de la influencia del poder: de los curas, soldados y administradores del pasado como de los autores contemporáneos que gozan de numerosas becas, cargos públicos e incentivos, pero que, a la vez, enfrentan una de las redes más pobres para la difusión del libro.