El suroeste de Alemania ha dado científicos e inventores notables: de aquí salió la teoría de la relatividad (Einstein), el ADN (Miescher), el telescopio astronómico (Kepler), la bujía (Bosch), el motor de combustión interna (Gottlieb Daimler) y el dirigible (Ferdinand von Zeppelin). La región también ha dado productos tan famosos como el pastel de la Selva Negra, los relojes de cuco y el Pretzel, un pan salado ideal para acompañar la cerveza. Más allá de los atractivos tecnológicos y urbanos de la Stuttgart del s. XXI, hay una región entera por descubrir. En la periferia de la ciudad se encuentran caminos rurales que conducen hasta viñedos y palacios barrocos, ciudades balneario y castillos. En el sur, la Selva Negra (Schwarzwald, en alemán) parece parte de un cuento de los hermanos Grimm. Las colinas boscosas se alzan sobre campanarios de iglesias, pueblecitos con casas pintorescas y un entramado de calles pequeñas y estrechas. Es un compendio de belleza natural, que parece ajeno al paso del tiempo.
• Sintonizar con la Alemania moderna en Stuttgart, una ciudad de cultura de élite, coches veloces y festivales de la cerveza.
• Disfrutar de aguas termales y esplendor art nouveau en Baden-Baden, la joya de la Selva Negra.
• Practicar kayak, senderismo o ciclismo en el Lago Constanza por las fronteras de Suiza, Alemania y Austria.
Incluye: Stuttgart, Tubinga, Ulm, La Selva Negra, Baden-Baden, Karlsruhe, Friburgo, Triberg, Lago Constanza, Constanza, Ravensburgo y Lindau.