Una obra sobre los costos de la audacia de una mujer que, en los años sesenta, se atrevió a romper con todas las reglas sociales en busca de un lugar propio.
María Claro es una artista reconocida en todo el mundo por su instalación La Mala Madre. En ella se encuentra representada la vida que ha dejado atrás y que desea olvidar. Pero esta obra, además, actúa como un imán que atrae hacia ella a personas como la joven alemana Tiny von Striker, con quien llega a desarrollar un fuerte vínculo, por el arrojo y el dolor que comparten, y que se evidencian en el arte de cada una.
Instalada hace más de cuatro décadas en Iowa City #donde fue profesora en la universidad# María, ya de setenta y seis años, finalmente accede a conocer a una de sus nietas y, con ello, a recordar ese pasado en el que era una persona muy diferente #incluso con otro nombre#, cuando intentaba cumplir con los roles femeninos y familiares que le imponía la tradición de entonces.