Mediante sencillos ejercicios, nos invita a identificar lo que ocurre con el energúmeno que llevamos dentro y evita que perdamos lo más valioso que tenemos: a quienes amamos y se preocupan por nosotros.
La maldita fila del banco, el estúpido tráfico, la casa hecha un desastre. Explotas. ¿Quién no? Pero después llega el remordimiento: ¿Y si mis corajes arruinan mi trabajo, alejan a mis amigos, lastiman a mi familia?
«Si los próximos diez años van a ser igual que los primeros, ¡me largo!» Thomas J. Harbin, doctor en psicología, escuchó esas palabras en el décimo aniversario de su matrimonio. Tenía un serio problema con la ira y estuvo a punto de perder lo que más le importaba.
Después de reflexionar sobre su experiencia y tratar a otros hombres que viven lo mismo, escribió ¡Maldita sea! para hablar abiertamente sobre cómo los hombres expresamos nuestra ira y, aceptémoslo, lo complicado que nos resulta confrontar las emociones.