El oficio solía permitirle al editor el lujo de enfocarse exclusivamente en el libro: alguna vez pudo limitarse a leer, encontrar nuevos talentos y consagrar, por medio de su catálogo, lo que le parecía indispensable aportar a la cultura.
Hoy el editor aún considera factores culturales antes de tomar una decisión respecto a qué publicar; sin embargo —para bien, para mal—, a ese tren de decisiones ahora se suman aspectos económicos, administrativos, legales, logísticos, tecnológicos, políticos, inclusive. No basta encontrar un manuscrito deslumbrante: hay que saber vender ese texto y administrar el proceso por el que llega a convertirse en un libro (en especial, uno trascendente).
En estas páginas —con generosidad y diligencia, sobre todo con la claridad que solo otorga una importante carrera en el medio editorial—, Fernando Esteves le revela al futuro editor cuál es su presente y cómo participar con brío en una industria cada vez más competida, pero igualmente dinámica.