Si bien somos capaces de contemplar sin espanto viajes interplanetarios y clonaciones de seres vivos, tal vez nos falte, en cambio, el valor suficiente para sumergirnos en lo más íntimo de nuestro ser.
Los textos que se reúnen en este libro nos recuerdan que en cada uno de nosotros vive un guerrero de la luz, alguien capaz de escuchar el silencio de su corazón, de aceptar las derrotas sin dejarse abatir por ellas y de alimentar la esperanza en medio del cansancio y el desaliento.