Marrakech suele ser la primera impresión que se lleva el viajero de Marruecos, y deja huella. Quizá sea la carreta jalada por un burro entre el ajetreo del zoco, los monumentos de azulejos y mármol o la enésima vez que el viajero se pierde en las callejuelas de la medina: esta gran ciudad del Magreb sin duda hechiza al viajero.
• Sucumbir al caos total de Yamaa el Fna para luego deshacerse del mapa y deambular por la medina de Marrakech.
• Mapas.
• Atravesar el valle de Aït Bu Guemez, el imponente Shangri-la de Marruecos.
• Transporte.
• Bajar la garganta del Dadés en un valle de pueblos de otra época y kasbas derruidas.
• Restaurantes y alojamiento.
Incluye: Marrakech, Uirgane, Alto Atlas, Parque nacional de Tubkal, Tizi n'Test, Los oasis del sur, Valle del Draa, Valle del Dadés y las gargantas, Valle del Ziz y Tafilalt, De Risani a Zagora.