Los tres grandes fines de la medicina son prevenir enfermedades, diagnosticar correctamente y curar. A eso se dedica también la medicina de la autoconsciencia, aunque partiendo de la necesidad de que el ser alcance unos niveles superiores de consciencia que le permitan conocerse mejor a sí mismo y, por añadidura, a los demás. En este «viaje transcendente» son básicos los conceptos de esencia y personalidad, ya que explican la necesidad de ahondar en la espiritualidad como forma de elevarse sobre lo material, lo que a su vez implica saber cuidar el cuerpo para conseguir un organismo saludable a nivel físico, emocional y mental.