«De repente todo lo que lo rodeaba desapareció como engullido por un aspirador gigante. Se vio solo, al borde de un inmenso acantilado… Al fondo del tremendo barranco había una playa. Su playa. Sí, era Melide, sin duda. Las gaviotas le chillaban: ¡Tírate! Apenas fue un segundo, pero pareció una eternidad».
Un hombre enfrentado a sus miedos, a sus fobias, a sus demonios. Delante de él tan solo un abismo, su abismo particular. Un encuentro casual desata una reacción en cadena de sucesos y acontecimientos, haciendo volar por los aires la monotonía de los personajes de este relato, a la vez que provoca un auténtico tsunami en sus vidas. La posguerra, la dictadura franquista… oscuros secretos del pasado emergen como lobos en la noche, aullando con rabia. Emociones presentes luchando frente a un futuro incierto. Todo ello envuelto en una trampa frenética e hipnótica. La magia de la ría, del mar, de Melide hacen el resto. Una historia prácticamente perfecta.