¿Su hijo se muestra distante?, ¿remolonea cuando le pide que haga algo?, ¿cada vez que se pone a estudiar apenas aguanta sentado?, ¿busca cualquier excusa para evitar hacer las cosas?, ¿se altera con facilidad, o por el contrario entra en modo «no me mires, no me toques»?, ¿cambia de humor de manera repentina?...
Al llegar la adolescencia los hijos comienzan a exhibir novedosos e inquietantes comportamientos. Es una etapa complicada para los padres y también para los propios adolescentes. A los padres nos suele pillar con el paso cambiado. Todo lo que funcionaba en años anteriores ahora parece no hacer efecto. Castigos, reprimendas y sermones no hacen sino empeorar la situación.
A lo largo de esta obra se desarrollan herramientas que persiguen mejorar las habilidades de comunicación y el manejo de conflictos. La práctica de estas habilidades servirá para tener un mejor conocimiento de las necesidades e intereses de los hijos en su adolescencia. Así, cuando el adolescente se encuentre en situaciones límite, los padres poseerán recursos para ayudarle a afrontarlas.
Las veinticinco reglas que se exponen permiten:
· Tomar conciencia de la importancia que desempeñan las emociones en las relaciones entre padres e hijos.
· Adquirir competencia en el uso de destrezas, como escuchar activamente, evitar los reproches o reconocer los errores propios, lo que facilitará los acercamientos y contribuirá a reforzar el buen clima familiar.
De usted depende que la hora del almuerzo sea un momento de encuentro y no la madre de todas las batallas.