¿Qué verdades existen en torno a la desconocida realidad del dolor?
¿Por qué nos cuesta aceptar el dolor ajeno y no el propio? ¿Qué nos lleva a cuestionarlo, y a validar el amor o la alegría, cuando ninguno se ve ni se toca?
El presente ensayo aborda estas y otras preguntas relacionadas con una realidad a menudo desconocida: en primera persona y desgranando los múltiples hilvanes que rodean al dolor como enfermedad; no de forma autobiográfica, sí desde una mirada personal, emocional, social… y acudiendo al valor que ofrecen las palabras, el lenguaje y la literatura. Y es que el dolor expresado nunca es el dolor vivido.
Cómo superar tanto sufrimiento emocional o transitar por el laberinto de una dolencia silenciosa, durante más de media vida, capaz de hacer añicos a cualquiera. Hilando sus múltiples aristas, a menudo desconocidas, para acercarse a la otredad, a la realidad del otro, del que sufre. Porque quizá no podamos sentir su dolor como propio, pero sí entenderlo y, sobre todo, hacerlo visible.