Bruce Malone se ha convertido en un guerrero cuyo fin es ganar todo el dinero que pueda para continuar manteniendo a los hermanos. Bajo la atenta mirada de Ray Walton vive una vida con la que no soñó pero que acepta después de lo que hizo en Old-Quarter. Su única premisa para subsistir en ese mundo criminal es seguir el consejo de la persona que lo vigila: «Si alguien encuentra tu talón de Aquiles lo utilizará para destruirte».
Un día, tras un duro entrenamiento en el gimnasio, visita una cafetería donde sirven el auténtico café de Texas. Todo le resulta normal hasta que la descubre.
¿Podrá apartarse de la única mujer que le recuerda quién fue? ¿Será capaz de mantenerla al margen de la vida que lleva? ¿Cómo reaccionará Ray cuando descubra que su gallina de los huevos de oro no quiere seguir a su lado?
El gran Dragón de Fuego no puede rendirse, no tiene misericordia y en su corazón no hay espacio para sentimientos. Tampoco recuerda quién fue hace cinco años… quizá porque no desea sentir el dolor que le supone añorar a las únicas personas que denominó familia.