Sin sentimentalismo, con una voz dura y también con ironía, Paula Varsavsky construye una descarnada novela de iniciación.
Nadie alzaba la voz narra la historia de una adolescente de clase acomodada, que crece en la Buenos Aires de la última dictadura militar. Precoz, alienada, absorta en sí misma, Luz Golman y sus jóvenes amigos llevan vidas descontentas, poco moderadas, consumiendo drogas y manteniendo sexo ocasional.