Muestra la desigualdad ante la ley de niñas y niños víctimas de abusos sexuales por la actuación de operadores judiciales sin la debida capacitación, inmersos en sus prejuicios y carentes de sensibilidad y humanidad para protegerlos de forma adecuada. Defender la credibilidad de la palabra de niños y niñas que han sufrido abusos sexuales o maltratos es el camino necesario de una justicia efectiva. Transita esa búsqueda y la necesidad de concientización de todos los que trabajan en el sistema de justicia.