Begoña y Alberto trabajan como becarios para televisión; un trabajo rutinario y aburrido; hasta que un día les encargan un reportaje sobre los pueblos abandonados del Pirineo aragonés. Allí se trasladan, a Cotela, un buen lugar para filmar con tranquilidad el abandono en que han quedado los muros caídos por la podredumbre y el olvido... Pero inesperadamente, uno tras otro, se van sucediendo hechos inexplicables, escalofriantes. Una extraña presencia les acecha. Un alma asesina parece latir en la aldea...