La Morenita del Tepeyac es un símbolo de amor que conmueve a todo un continente. Con justa razón es la Reina de México y Emperatriz de América. Desde sus apariciones a San Juan Diego, millones de peregrinos visitan cada año la venerada imagen de la Virgen de Guadalupe, que quedó plasmada en el manto y en lo más profundo de nuestros corazones.
En Nuestra madre eterna, la luz que guía a América, Carlos Eduardo Díaz comparte narraciones y anécdotas del miesterio guadalupano acerca del amor incondicional y la compasión hacia todo aquel que lo necesita.
Su amparo ha cobijado a quien a ella se encomienda y su mano amorosa ha sido la luz para los fieles devotos.
Este trabajo está dedicado a los guadalupanos y a las incontables personas que han sido inspiradas por la divina presencia de la Madre protectora como mensajera de amor y esperanza.