Esta obra se propone explorar algunas de las razones por las cuales, en el tránsito de un siglo a otro, no ha cristalizado el gran potencial de cambio en las estructuras de poder en México. Y es que lo que sustituyó al arraigado autoritarismo priísta no fue precisamente una democracia...
Nuestra tragedia persistente es una obra indispensable del reconocido especialista Lorenzo Meyer para comprender el rompecabezas de la política mexicana.
Lo que sustituyó al arraigado autoritarismo priista no fue precisamente una democracia, sino un sistema mixto de dos conceptos contradictorios: autoritarismo y democracia.
Desde el inicio de nuestra historia como nación independiente, la agenda de la transformación democrática ha estado cargada de problemas tan complejos como urgentes de resolver. Los obstáculos para llevar a cabo los cambios necesarios han resultado formidables. Entre ellos destacan los intereses creados y una cultura política en la que dominan fuertes rasgos conservadores: ambos han jugado una y otra vez a favor de la contención del cambio.
Esta obra se propone explorar algunas de las razones por las cuales, en el tránsito de un siglo a otro, no ha cristalizado el gran potencial de cambio en las estructuras de poder en México. Y es que lo que sustituyó al arraigado autoritarismo priista no fue precisamente una democracia sin adjetivos, sino un sistema mixto, algo que contiene elementos propios de dos conceptos contradictorios: autoritarismo y democracia.
En suma, a partir de una serie de reflexiones de gran alcance, en este libro Lorenzo Meyer invita al lector interesado a adentrarse en los grandes dilemas políticos de nuestro tiempo, así como a tomar decisiones cruciales como ciudadano.
"No podía ser más oportuna la publicación de Nuestra tragedia persistente: la democracia autoritaria en México. La radiografía de la clase política y de la fallida transición, de la falsa democracia en que vivimos, es certera, despiadada, contundente y bien fundamentada. El profesor Meyer se reconfirma como uno de los más lúcidos analistas de la realidad nacional".
Pedro Salmerón, La Jornada