Si lo único que se ha visto de Nueva Zelanda es la naturaleza y las tranquilas localidades rurales, Wellington ofrecerá un animado cambio de aires. Cines alternativos, bares de moda, conciertos y un sinfín de cafés esperan en la capital cultural del país. Wellington es el paso entre las islas Norte y Sur, por lo que los viajeros llevan mucho tiempo atravesando esta zona. Hoy se detienen para visitar lugares como Te Papa y Zealandia, y una estancia más larga les descubre un sinfín de atracciones urbanas más.
• Nadar en un mar de cerveza artesanal y café de primera en Wellington, la ciudad más bohemia y política de Nueva Zelanda.
• Caminar por el paisaje autóctono de la isla de Kapiti, poblado de especies raras de aves, y quizá toparse con un kiwi.
• Intentar pedalear en línea recta mientras se recorren las bodegas de Martinborough, en la región vinícola de Wairarapa.
Incluye: Wellington, Costa de Kapiti, Paekakariki, Paraparaumu, Waikanae, Wairarapa, Martinborough, Greytown y Masterton y alrededores.