Se sigue escribiendo la gran novela sobre Cuba. En Nunca fui Primera Dama, Wendy Guerra aporta un capítulo imperdible de esa historia: el de la identidad en tiempos de olvido, despedidas y traiciones; pero también el del amor incondicional en los momentos más acuciantes.
Vital, humanísima y profundamente conmovedora, esta novela ha sido revisada, corregida y aumentada por su autora. Esta edición incluye un nuevo capítulo final: "Sin Fidel".
"El secuestrador ha muerto, la jaula queda abierta y no siento el impulso de salir sino el pánico a que alguien desconocido entre por esa puerta. Ahora, cómo vamos a vivir sin alguien que nos diga lo que tenemos que hacer."
Las líneas anteriores resumen de un trazo el estado paradójico de la Cuba de hoy, liberada y huérfana al mismo tiempo tras la muerte de Fidel Castro. Varias generaciones de cubanos sacrificaron buena parte de sus vidas y deseos personales para alcanzar objetivos e ideales nacionales... A Nadia Guerra, locutora nocturna y nacida mucho después de la generación revolucionaria, la utopía no le resulta convincente y suele estar en un conflicto con el régimen, incluso más allá de las razones políticas. Hoy busca ajustar cuentas consigo misma.
Nadia, su madre Albis Torres, quien la abandonó desde pequeña, y la excepcional Celia Sánchez Mandulay, asistente y probable amante de Fidel, son las tres mujeres que protagonizan esta historia de recuperaciones y despedidas, de nostalgias y transformaciones, de exilios y permanencias. Todo en Cuba, parece ser, es o una fidelidad o una traición.
La crítica ha opinado:
"Un viaje al interior de los pensamientos, sensaciones, enojos y sufrimientos de una pequeña que espera crecer... un viaje al interior de una isla mágica y desolada, con un gobierno absurdo y brutal, Cuba." -(Sobre Todos se van) Bruno Caussé, Le Monde-
"Nirvana del Risco es la primera heroína negra cubana que se muestra desnuda, abierta y descarnada ante lo que por prejuicios muchos esconden: la bisexualidad, el racismo, la política, el miedo y la cercana intimidad con el enemigo... El destino trágico de esta heroína narra una parte sensible y poco explorada por la literatura femenina latinoamericana. Con un lenguaje mágico y contemporáneo, la autora nos invita a un viaje singular bañado por sublimes lágrimas negras." -(sobre Negra) Viceversa-
"Pese a la sencillez inicial de las frases -se supone que escribe una niña de ocho años-, la prosa es rítmica, potente y poética." -(Sobre Todos se van) David Pérez Vega, EÑE-
"Domingo de Revolución oscila entre la autobiografía y la metaficción, entre las angustias de la escritora y la inspección de la construcción de su obra. Esta novela llega a ser más incisiva que todas las que Wendy Guerra había escrito antes." -Maikel Ramírez, Oigopalabra-