El poeta mexicano Ramón López Velarde dio impulso a los temas relacionados con el medio provinciano. Su primer libro, La sangre devota, reflejó semejante gusto en el que la ingenuidad ocupaba un sitio visible; poco después, Zozobra reveló un ímpetu lírico que penetraba en los conflictos de la conciencia. Finalmente, El son del corazón completó el sentido de su oficio.