Son los contrastes los que convierten a Holanda del Sur y Zelanda en destinos tan sugestivos. Un día se halla el viajero inmerso en ese experimento arquitectónico que es Róterdam, maravillado ante sus edificios vanguardistas; y al día siguiente se encuentra en Delft, con un casco histórico tan bien conservado que se siente transportado a la Edad de Oro de Holanda en el s. XVII. Pero los contrastes no se limitan a la arquitectura: La Haya posee un refinado encanto urbano y fascina por su efervescente actividad artística, gastronómica y cultural; Zelanda da sensación de lejanía, con su paisaje ventoso y escasamente poblado; y Gouda encarna todos los estereotipos neerlandeses con las omnipresentes ruedas de su famoso queso amarillo y sus gentes con atuendos tradicionales. Lo fundamental es que aquí hay algo para todos.
• Explorar la arquitectura vanguardista, el arte y los animados cafés de Róterdam, "la ciudad siempre inacabada".
• Caminar entre tulipanes florecidos por los jardines Keukenhof.
• Quedar hechizado ante La joven de la perla de Vermeer, en el Mauritshuis, en La Haya.
Incluye: Róterdam, Delfshaven y Schiedam, Dordrecht, Gouda, La Haya (Den Haag), Delft, Leiden, Middelburg, Veere y Domburg.