Las cosas son diferentes bajo los ríos: las provincias de Brabante Septentrional y Limburgo tienen un carácter más católico, más relajado y, en el sur de Limburg, más montañoso que el resto de los Países Bajos. Una de las influencias sureñas más obvias es el gusto por la buena cerveza y la buena comida, que se plasma en el concepto Bourgondisch: comer y beber con un entusiasmo digno de los epicúreos habitantes de la región francesa de Borgoña. En Maastricht, las murallas medievales, las torres de ladrillo, los habitantes políglotas y el protagonismo en la negociación de la Eurozona sugieren una mayor afinidad con Europa que con una ciudad neerlandesa. Al este, el terreno con colinas resulta panorámico (aunque agotador) para caminar y montar en bici. Brabante Septentrional es una discordante combinación de ciudades históricas, como Den Bosch y Breda, y urbes postindustriales como Tilburg y Eindhoven, que están reinventándose como centros del diseño, la cultura y la tecnología, cerca de paisajes tranquilos a los que se puede llegar en bicicleta.
• Disfrutar de la buena vida y desmelenarse en el Carnaval de Maastricht.
• Descifrar en el Jheronimus Bosch Art Center los muchos mensajes de las obras del pintor con quien Den Bosch está inextricablemente asociada.
• Mezclar la nostalgia con el diseño tecnológico en el excelente Philips Museum dedicado a la marca más famosa de Eindhoven.
Incluye: Maastricht, Valkenburg, Roermond, Den Bosch,Eindhoven, Tilburg, Breda y Bergen op Zoom.